Sociedades opuestas

Mientras me desespero buscando un piso, pese a que ciertas personas digan que últimamente no sale otra cosa de mi boca, voy a hablar de un interesante tema que atañe a la población española: Los canis. Bueno, ciertamente ese es el nombre genérico para esa escoria, que es lo que también se conoce como mataos, barriobajeros, niñatos, coyos... Una retaíla de nombres para lo más insignificante de nuestra sociedad española.

Y digo española porque al menos aquí en Alemania sí, te encuentras algo: algún indigente tocando el violín, o algún ex-drogadicto que se pasea tambaleante. No obstante, no me refiero a ellos. Aquí lo más próximo que he estado a sentir eso de mejor cambio de acera ha sido un chiquillaje que vi en un parque, intentando mirar mal, con la música de su móvil a medio subir, y la verdad es que ni siquiera iba en grupo. Estaba allí solo, el muy gandúl, mirándome con cara de miedo, ya que creo que el me temía más a mi que yo a él.

A parte de ese episodio apartado, no he visto nada más que se pueda considerar peligroso. ¿Una mujer hablando sola? ¿Un tío gritando por la calle? Esos son locos. No cuentan. Pondré uno de mis ejemplos que tanto gustan:

Si sales en España un sábado a las 3 de la mañana: Es posible que te encuentres con algún grupo que se crezca, y como mínimo te digan alguna cosa y como máximo te peguen una paliza.

Si sales en Alemania un sábado a las 3 de la mañana: Es improbable que te encuentres a un desconocido en un lugar apartado pero visible y te ofrezca amablemente drogas. Es lo más peligroso que te puede pasar (si consideramos que un camello es peligroso).

Así está el panorama español. Y ya no quiero hablar del canario, en el que el chacho jefe, chacho loco, te cojo te rompo la boca predomina en la juventud de manera descontrolada Jóvenes que se juntan en grupitos desde temprana edad para hacer constancia de la falta de personalidad y empezar a fumar o a esnifar como todos sus amigos para no ser rechazado en su grupo. Juventud que no quiere estudiar, alegando que no es lo suyo o que no estudiar les hace más malos. Luego por supuesto se divierten metiéndose con las diferentes personas que pasen cerca, siempre en grupo, no vaya a ser que estando solo se les vuelque la situación. Siempre con su moto acelerando todo el tiempo para producir molestos ruidos alrededor o quemar el motor, y más tarde preocupándose de tener un coche que sea la envidia de los demás tuneándolo y dejándolo como si no viniese de fábrica, dejándose todo el dinero que habrán ganado vendiendo costo o -con suerte- levantando bloques.

Y pensar que hay barrios enteros con este tipo de gente...

Una pena de sociedad la juventud canaria, oiga.

1 comentarios

Anónimo dijo...

Amén..
No ahy nada mas ke añadir señoría!!